El horror. Dos atacantes suicidas se inmolaron en el centro de Bagdad el jueves, dejando más de 30 muertos y 110 heridos, según las autoridades iraquíes. Un tipo de atentado que no se había producido durante más de 18 meses en la capital.

El ataque se llevó a cabo en un mercado de ropa de segunda mano en la plaza Tayaran, un concurrido cruce de caminos en Bagdad. Un primer atacante suicida desató su cinturón explosivo en medio de vendedores y espectadores, dijo el Ministerio del Interior. Mientras se formaba una multitud para tratar de ayudar a las víctimas, un segundo atacante suicida detonó sus explosivos.

Según la última evaluación del ministro de Salud iraquí, Hassan al-Tamimi, el jueves al mediodía el doble ataque mató a 32 personas y dejó 110 heridos. El ministro aseguró que todos los fallecidos habían fallecido en el acto, y que ninguno había sucumbido a sus heridas en uno de los hospitales de la capital, todos puestos en máxima alerta. Se teme que el balance sea aún peor.

Un modo de funcionamiento similar al de Daesh

Soldados y paramédicos se desplegaron en masa en la plaza, el primero bloqueando el acceso y el segundo ocupados moviendo cuerpos o ayudando a los heridos, señaló un fotógrafo de AFP. El ejército y la televisión estatal informaron del ataque y dijeron que hubo “civiles muertos y heridos”.