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Daniel Ortega gana reelección con opositores en prisión

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El resultado de las elecciones presidenciales de este domingo en Nicaragua se conocía de antemano: el presidente sandinista Daniel Ortega ha logrado su quinto mandato en unos comicios sin garantías democráticas tras ser reelegido con el 74,9% de los votos. Un resultado que queda empañado por una escasa participación histórica de un 80% a nivel nacional, según la organización Urnas Abiertas, que ha tratado de monitorear la jornada electoral. Las largas colas de votantes que se vieron frente a los colegios electorales durante la mañana en la capital, Managua, se fueron diluyendo a medida que avanzaba el día. 

La jornada se desarrolló sin incidentes, después de que Ortega haya conseguido instalar un régimen basado en el miedo. Con un centenar y medio de opositores detenidos -siete de los cuales habían manifestado su intención de ser candidatos- y más de 100.000 exiliados cada vez quedan menos nicaragüenses contrarios al autoritarismo de Ortega dispuestos a enfrentarlo.

La jornada se desarrollaba sin incidentes, después de que Ortega haya conseguido instalar un régimen basado en el miedo

Y los pocos críticos que quedan, caen como moscas a la que levantan un poco la voz. Urnas Abiertas asegura que entre el viernes y el sábado fueron detenidos 21 opositores más en distintas localidades del país, de los cuales solo cinco habían sido puestos en libertad hasta este domingo.

Por su parte, la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, una organización nacida tras las protestas del 2018 para canalizar la unidad opositora, también denunció detenciones de algunos de sus miembros la noche del sábado. “Denunciamos que persiste el hostigamiento, vigilancia, amenazas y detenciones ilegales de nuestros dirigentes”, tuiteó la organización desde su cuenta oficial.

La Alianza, al igual que la mayoría de la oposición frontal a Ortega y a su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, boicoteó los comicios y llamó a no acudir a las urnas. De manera que, si las cifras oficiales de participación fuesen fiables en unas elecciones sin observadores internacionales, la abstención podría ser un indicador del rechazo a un régimen que asegura tener tres cuartas partes de apoyo ciudadano, aunque los analistas independientes afirman que Ortega no supera el 20% de simpatía. De acuerdo con las estimaciones de Urnas Abiertas, la abstención podría situarse entre el 79 y el 84%, es decir, una media del 81% a nivel nacional. 

Por este motivo, el Gobierno, el Frente Sandinista de Liberación Nacional y sus organizaciones afines se esforzaban ayer en hacer que los nicaragüenses acudieran a votar. Y lo estaban haciendo con medidas clientelistas –a cambio de comida o artículos de primera necesidad- o bajo amenazas o presiones, en el caso de los funcionarios del Estado, teniendo en cuenta que aquel que vota sale del colegio electoral con el pulgar manchado de tinta. Una medida que originalmente se concibió para evitar el fraude y la duplicidad de votos, pero que el domingo se convirtió en una demostración de apoyo, o no, a la consigna del régimen.