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Leonel mostró “profunda preocupación” por la petición del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), de otorgar estatus de refugiados a los haitianos en riesgo
Deseo expresar mi profunda preocupación por la reciente petición del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), de otorgar estatus de refugiados a los haitianos en riesgo.
Si bien reconocemos la difícil situación que enfrenta nuestro vecino país de Haití, debemos priorizar por encima de todos los intereses, la seguridad de nuestra propia nación.
Conceder estatus de refugiados a los ciudadanos haitianos que aspiran a ingresar a nuestro país sin un riguroso proceso de evaluación y sin garantías adecuadas, sería un grave error que pondría en riesgo la estabilidad y el bienestar de nuestro país.
No podemos abrir las puertas de la República Dominicana sin considerar las implicaciones negativas que dicha medida tendrían sobre nuestra gente y en especial sobre la economía nacional.
No obstante, el pueblo dominicano ha sido solidario en momentos de dificultades para la hermana nación, como por ejemplo, durante el terremoto de enero del 2010, en esa ocasión, le brindamos ayuda hospitalaria, alimentos, restauración de zonas afectadas y remoción de escombros.
Pensando en el futuro de sus jovenes, el pueblo dominicano por vía de nuestro gobierno, hizo la donación de una universidad.
La situación haitiana es un problema que compete a la comunidad internacional y es esta la que debe buscar una solución viable y sostenible al problema. Nosotros no podemos hacer más esfuerzos y sacrificios del que hemos estado haciendo por décadas.
En tal sentido, la propuesta de la ACNUR-ONU es simplemente inaceptable. Debemos tener el derecho soberano de proteger nuestras fronteras y aplicar nuestras leyes de inmigración de manera justa y coherente.
Insto al presidente de la República a rechazar enérgicamente esta petición de la ONU y a tomar medidas firmes para salvaguardar la seguridad y el bienestar de nuestra nación.
Protejamos nuestra soberanía.
¡Que Dios bendiga a la República Dominicana!