OPINONES
Muy prepotente. Por César Duvernay
La postura asumida por el ministro de Educación, Ángel Hernández, ante la iniciativa de la diputada Selinée Méndez (Distrito Nacional-Fuerza del Pueblo) para que éste comparezca ante el hemiciclo y responda sobre una serie de temas de preocupación nacional, fue arrogante y prepotente.
Méndez procura que Hernández explique porqué niños dominicanos se quedan fuera de las aulas a pesar de la disponibilidad para estudiantes ilegales de origen haitiano y a que se debe la comercialización de uniformes y zapatos del Instituto Nacional de Bienestar Estudiantil (Inabie) en locales algunos comerciales. También, saber las razones por las cuales se ha detenido la construcción de nuevos planteles educativos.
Sin embargo, y usando la descalificación como herramienta, la cínica respuesta del ministro fue acusar a la legisladora de “no tener información de lo que ocurre en el sistema educativo”.
Una postura desafortunada, arrogante y altanera que contrasta con la de su jefe, el presidente Luis Abinader, quien se destaca por ser educado, decente y -muy- tolerante ante los más variados y disimiles abordajes o cuestionamientos.
Y es que a diferencia de servidores como Yayo Sanz, Samuel Pereyra, Rafael Santos, David Collado, Holí Matos, Homero Figueroa, Franklin García Fermín, Wellington Arnaud o Daniel García Archibald, solo para mencionar algunos que lo hacen bien y también se manejan bien, el ministro de Educación encabeza la lista de los funcionarios peor valorados del Gobierno.
Con su infeliz actitud y su grave desconocimiento de lo que es un diputado por circunscripción y uno nacional, Ángel Hernández, para quien el fuego se apaga con gasolina, vuelve a meter la pata.