OPINONES
Sobeida, Listín y Fulcar. Por Cesar Duvernay
Cesar Duvernay
El 16 de marzo y calzada con la firma de la periodista Yasmel Corporán, las páginas del LISTÍN DIARIO traían el conmovedor relato de la profesora Sobeida Madé quien recibió su título de maestra Magna Cum Laude portando sin avergonzarse, un martillo como agradecimiento al apoyo de su esposo Kelvin Cuevas, de oficio carpintero.
El gesto, inusualmente noble en una sociedad que tiende a olvidar los respaldos una vez obtiene las metas, fue ampliamente respaldado por el decano de la prensa nacional que dos días después editorializó sobre este loable ejemplo de perseverancia, sacrificio, compromiso familiar y deseo de superación.
En su editorial, Miguel Franjul resaltaba a esta joven madre que, “sin amilanarse por su condición de pobreza y de vida precaria, hizo lo que pudo, honesta y decentemente, para proteger a su esposo y sus dos hijos y lograr los más altos méritos en su carrera universitaria”.
También el columnista Juan Salazar ponderó con sólidos argumentos bíblicos la gratitud y la dignidad exhibida por Madé. Reseñas que fueron respondidas por el ministro de Educación Roberto Fulcar, quien rápidamente recibió en su despacho a la profesora con la que conversó por más de media hora y le gestionó una beca para especializarse en Planificación Docente.
Sobeida, quien para esos momentos estaba desempleada y laboraba de manera honorifica en una escuela de San Cristóbal, solicitó a Roberto un empleo el que fue concretizado hace unos días cuando fue designada como monitora en la Escuela Primaria Padre Borbón, de Palenque. Una hermosa historia que muestra como sus tres protagonistas (Sobeida, LISTÍN y Fulcar) hicieron exactamente lo que tenían que hacer.