PRINCIPALES
Banda armada de Haití queman vivo a un exsenador en Puerto Príncipe
EL EXSENADOR FALLECIÓ A BORDO DE SU VEHÍCULO, QUE QUEDÓ POR COMPLETO CALCINADO, UN SUCESO QUE YA HA SIDO CONDENADO, ENTE OTROS, POR EL PRIMER MINISTRO HAITIANO, ARIEL HENRY.
Puerto Príncipe
Miembros de una banda armada quemaron vivo al exsenador Yvon Buissereth durante la noche del sábado en Laboule 12, una zona en conflicto de la parte alta de Puerto Príncipe donde fueron asesinados dos periodistas el pasado enero.
El fiscal de Puerto Príncipe, Me Jacques Lafontant, acudió a la escena del crimen, donde confirmó que Buissereth, que era el director general de la Empresa Pública de Promoción de la Vivienda Social (EPPLS), fue asesinado y quemado por integrantes de la banda Ti makak.
El exsenador falleció a bordo de su vehículo, que quedó por completo calcinado, un suceso que ya ha sido condenado, ente otros, por el primer ministro haitiano, Ariel Henry.
“Condeno enérgicamente y sin reservas el acto de barbarie perpetrado ayer por bandas armadas en Laboule contra el director general del EPPLS, Yvon Buissereth, exsenador de la República”, escribió en su perfir de Twitter en horas de esta mañana.
Henry advirtió a los asesinos del exsenador y a “todos los demás criminales que siembran luto en el país que serán procesados hasta su último atrincheramiento y deberán responder por sus actos ignominiosos en la corte”.
Asimismo, animó a la Policía Nacional de Haití “a multiplicar por diez sus esfuerzos para seguir persiguiendo a los bandidos de todo tipo que están ensangrentado nuestra sociedad”.
También el presidente del Senado, Joseph Lambert, escribió en la red social: “El senador Yvon Buissereth ha muerto hoy (sábado). El jefe de la banda Ti makak lo mató y lo quemó. Este es un acto repugnante más que sigue haciéndonos llorar (…) esta situación no debe seguir así”.
En enero de 2022, John Wesley Amady y Wilguens Louissaint fueron ejecutados por bandas armadas en Laboule 12, mientras realizaban un reportaje en la zona.
El área metropolitana de Puerto Príncipe es rehén de decenas de grupos armados que se disputan el control de los territorios sin que las autoridades sean capaces de atajar la situación de extrema violencia que vive la capital.