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Dejan abandonados en Isla Mona a 102 haitianos y 2 dominicanos que intentaron llegar a Puerto Rico

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En el grupo, hay 63 haitianas, tres de ellas embarazadas, 39 haitianos y dos dominicanos. Líderes de las comunidades haitiana y dominicana en Puerto Rico señalan los peligros a los que se exponen en su travesía.

La desesperación, el hambre y la búsquedca de mejores condiciones de vida llevó a 102 haitianos y dos dominicanos, entre ellos, tres mujeres embarazadas y ocho menores de edad, a emprender un peligroso viaje hacia Puerto Rico, que culminó enIsla de Mona, donde fueron abandonados por contrabandistas.

El portavoz de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés), Jeffrey Quiñones, informó ayer que se encontraban tramitando el traslado de las 104 personas de estatus migratorio no definido hacia Aguadilla.

El grupo -que incluye 63 haitianas, 39 haitianos y dos dominicanos- tuvo que pernoctar en la reserva del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), en medio del Canal de la Mona. Sin embargo, anoche se hacían gestiones para trasladar a las tres mujeres embarazadas y los ocho menores de edad a otro lugar.

“El Cuerpo de Vigilantes del DRNA alertó al Coast Guard (Guardia Costera) y a Border Patrol (Patrulla Fronteriza), quienes estarán coordinando el traslado de los indocumentados a Aguadilla. El Cuerpo de Vigilantes y personal del DRNA atienden las necesidades de emergencia de estas personas mediante el suministro de agua y alimentos; el grupo está en buen estado de salud. Igualmente, el DRNA ha incrementado la vigilancia a través del Cuerpo de Vigilantes”, expresó, por su parte, la secretaria de DRNA, Anaís Rodríguez Vega.

La titular del DRNA precisó ayer, temprano en la mañana, que entre los refugiados, hay dos niños, de 6 y 7 años, y tres niñas, de 5, 6 y 13 años. Al cierre de esta edición, Quiñones indicó que hay tres menores más en el grupo, aunque no detalló el sexo ni las edades.

“Los contrabandistas dejaron al grupo en Isla de Mona en algún momento de esta mañana o madrugada (martes)”, dijo Quiñones a El Nuevo Día. Las cifras fueron actualizadas por las autoridades posteriormente.

Además, explicó lo que suele suceder en estos casos con personas que llegan a la isla de forma ilícita y sin un estatus migratorio definido. Recalcó que cada caso se maneja distinto. “Cada persona va a ser procesada dentro de los parámetros de inmigración y el Título 8 de la ley federal. Entonces, basado en la información que cada uno de ellos va a suministrar, se continúa un proceso: o se devuelven a su país de origen o, si ellos solicitan un asilo en Estados Unidos, nosotros tenemos que pasarle esa competencia a un juez de inmigración a través de una citación (‘notice to appeal’)”, informó Quiñones.

El portavoz de la Guardia Costera, Ricardo Castrodad, comentó que los contrabandistas continúan con estos comportamientos de abandonar a los tripulantes a la deriva o en medio del mar “sin importar el bienestar de las personas que tienen a su cuidado”.

“Cuando los dejan en Isla de Mona, los dejan a la deriva en una isla deshabitada. El peligro aún es más grande y despiadado. (…)Es algo que estamos vigilantes y buscando intervenir con estas embarcaciones todos los días”, compartió Castrodad.

El funcionario federal destacó que, desde el 1 de octubre de 2021 hasta el 30 de septiembre de 2022, la Guardia Costera llevó a cabo 88 interdicciones de viajes ilegales en el Paso de Mona y aguas cercanas a Puerto Rico. “Durante este período, 2,273 (en total) fueron 1,705 dominicanos, 444 haitianos, cuatro cubanos, dos ecuatorianos, 67 venezolanos, 12 uzbekos, dos iraníes, un colombiano, un español y 35 de nacionalidad desconocida”, enumeró.

Aclaró que esos números no toman en cuenta las detenciones de personas indocumentadas por parte de la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos una vez que las personas tocan tierra o que hayan sido interceptadas en el mar por CBP y la Policía de Puerto Rico.

Hace dos semanas, el DRNA junto a la Guardia Costera y la Policía de Puerto Rico, colaboraron en el rescate de unos 48 inmigrantes de estatus migratorio irregular que arribaron a las playas Sardinera y Pájaros de la Isla de Mona.

Un viaje costoso y muy peligroso

Ante la noticia del abandono de las 104 personas en Isla de Mona, el líder haitiano Leonard Prophil compartió que los pasados días ha incrementado la criminalidad en Haití, por lo que la inseguridad y desesperación en su comunidad es cada vez más fuerte.

“Para los contrabandistas, es un dinero fácil. Lo hacen frecuentemente, y la mayoría (de los haitianos) para ir en esos viajes venden casas o terrenos o hacen préstamos. Cuando hacen préstamos, les dan una cantidad de tiempo para reembolsar ese dinero, y si no lo pagas, ellos secuestran a uno de los familiares. Por eso, cuando llegan esos muchachos, quieren trabajar”, compartió Prophil.

Detalló que, mientras más personas van en las pequeñas embarcaciones, menos caro es el viaje. “Si la lancha tiene de 50 a 100 pasajeros, ellos cobran de $5,000 a $6,000. Si la lancha viene de 16 a 20 personas, cobran por cada uno a $10,000″”, dijo.

Prophil, quien ayuda a sus compatriotas haitianos al llegar a Puerto Rico, indicó que, en la travesía, no permiten que lleven ninguna pertenencia porque ocupa espacio en la embarcación. “Ellos los amenazan con hacerles daño a sus familiares. No pueden decir nada. (…) Diría que el 85% a 95% de los contrabandistas nunca los agarran”, agregó.

Aseguró que las personas huyen de Haití por el terror de los secuestros, las violaciones y la trata humana. “En primer lugar, ellos se van por la inseguridad, porque, ahora mismo, normalmente están secuestrando a muchos niños, y están vendiendo a los niños y sus órganos”, lamentó Prophil.

Explicó que, por esta razón, muchos niños están comenzando a venir en los peligrosos viajes hacia la isla. “Las mamás no quieren dejar a los nenes. No van a dejar a su bebé. Esa es la situación”, contó.

“Hay mucha, mucha desesperación. Tengo parte de mi familia en Haití, y te digo que no duermo tranquilo desde que empezaron a incrementar los secuestros”, reiteró Prophil.

Del mismo modo, el presidente del Comité Dominicano de Derechos Humanos en Puerto Rico, José Rodríguez, explicó que muchas familias recurren a estos peligrosos viajes porque los contrabandistas los convencen de que habrá mejores oportunidades de trabajo en la isla.

“Son personas que, a veces, tienen niños y no tienen qué comer. Tienen que salir todos los días a la calle a buscar comida. (…) Entonces, esta persona inescrupulosa los traen a esa isla y, muchas veces, les dicen que ya llegaron a Puerto Rico, pero en realidad están en una isla como en la que están ahora mismo (Isla de Mona)”, narró.

Además, recalcó que el 52% de la población migrante es femenina. “La mayoría de los inmigrantes en Puerto Rico son mujeres, que dejan niños allá y vienen aquí a trabajar cuidando ancianos, limpiando casas para mantener muchas veces a sus hijos”, contó.

Rodríguez compartió que este tipo de travesía deja un gran impacto en la vida de los menores que se exponen desde muy pequeños. “Cuando se volcó una yola hace poco, encontraron a un padre dominicano abrazado con su niño ahogado. Exhortamos a que tampoco hagan esa travesía con niños, porque están exponiendo a estos niños a la muerte”, compartió el activista de derechos humanos.