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Guido Gómez Mazara: “Es tomadura de pelo asociar sometimientos con persecución política”
SANTO DOMINGO.- El dirigente político doctor Gómez Mazara aseguró este martes que las actuaciones del Ministerio Público, tendentes a traducir a los tribunales los actos de corrupción, contribuyen con el adecentamiento del ejercicio político, porque un sello desagradable que caracteriza una parte de la cultura partidaria está asociado a la equivocada tesis de que ir a la función administrativa representa una oportunidad para enriquecerse.
Mediante un comunicado de prensa, aseguró que la designación de los magistrados Miriam Germán Brito, Yeni Berenice Reynoso y Wilson Camacho, constituye la mejor prueba de un verdadero compromiso con el proceso de independencia del Ministerio Público, históricamente utilizado de instrumento al servicio de los partidos que, desde el ejercicio del poder, instrumentalizaban el sentido de persecución de la corrupción excluyendo a los miembros de la organización partidaria que gobernaba.
“En las actuales circunstancias respaldar los procesos incoados por la Procuraduría General de la República (PGR), de traducir a la acción de la justicia los presuntos responsables de corrupción, sirve de punto de unidad ciudadana alrededor de, respetando el debido proceso y la presunción de inocencia, seguir avanzando en la intención de acreditar la institucionalidad y derrotar, de una vez y para siempre, el vicio de mayor fatalidad de nuestro sistema político: la falta de transparencia”, afirmó Gómez Mazara.
A juicio de Gómez Mazara representa una tomadura de pelo a la inteligencia de los dominicanos pretender asociar el sometimiento de funcionarios con persecución política.
El aspirante a la nominación presidencial por el Partido Revolucionario Moderno (PRM), pidió no dejar que el fuego cruzado de la politiquería obstruya el interés institucional de un Ministerio Público encabezado por abogados sin militancia partidaria.
Se lamentó Gómez Mazara, quien también es abogado, que el Ministerio Público esté siendo atacado con vehemencia por un concierto de complicidades decididas a paralizar procesos bien fundamentados en capacidad de establecer un antes y después, en los esfuerzos por impedir que los fondos públicos terminen en bolsillos privados.
Instó a la toma de conciencia en los actores políticos de auténtica vocación democrática de lo pertinente y saludable de un Ministerio Público que combata la corrupción pasada y presente, sin detenerse en aspectos de orden partidario, jerarquías sociales o económicas; porque lo que impiden los procesos de sometimiento a la justicia de los excesos y prácticas corruptas es la instauración de un régimen político sin credibilidad que termina validando un vengador social como respuesta de la incapacidad de la clase gobernante en llenar las expectativas de los ciudadanos.
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