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La Policía de España desmantelada la estructura de financiación de los Trinitarios; buscarán dinero invertido en República Dominicana
La Policía Nacional ha detenido a 40 personas a las que investiga por formar parte de una estructura que proveía financiación a la banda juvenil de los Trinitarios con la que supuestamente se obtuvieron más 700.000 euros. Según las pesquisas, la organización criminal utilizaba herramientas de hacking (pirateo informático) para realizar estafas con las que conseguir dinero con el que pagaban las minutas de sus abogados, abonaban las cuotas de la banda o compraban droga para luego revenderla.
El cuerpo policial ha informado este martes de los detalles de la operación, en la que han registrado domicilios en las provincias de Madrid, Sevilla y Guadalajara y se ha intervenido numeroso material informático, además de instrumentos para abrir puertas, ganzúas o literatura relacionada con este grupo, una de las bandas latinas más activas que tiene como su principal rival a los Dominican Don´t Play (DDP).
Entre los 40 detenidos hay dos hackers y 15 miembros del grupo violento. Todos están acusados de pertenencia a organización criminal, estafa bancaria, falsificación documental, usurpación de identidad y blanqueo de capitales. Los policías han descubierto listados de más de 300.000 clientes de entidades bancarias y 53 tarjetas a nombres de las víctimas.
La investigación, realizada por la Unidad Central de Ciberdelincuencia y la Brigada Provincial de Información de Madrid, comenzó cuando los agentes averiguaron que algunos miembros de la banda utilizaban tarjetas bancarias de otras personas para comprar moneda virtual. Además, alguno de sus líderes recurría a herramientas informáticas para enviar mensajes de móvil (SMS) suplantando la identidad de bancos para conseguir datos personales de sus víctimas y solicitar créditos a su nombre.
Estos SMS se enviaban de forma masiva a listados de clientes del banco. En ellos alertaban a los destinatarios de un supuesto problema de seguridad en su cuenta que podrían solucionar a través del enlace que les adjuntaban y que era fraudulento. Cuando conseguían que la víctima introdujera esos datos personales, normalmente secretos, les derivaban a una página web simulada, y a partir de ese momento usaban sus claves para solicitar préstamos rápidos o para vincular sus tarjetas de crédito a monederos virtuales.
Según la investigación, el dinero que sacaban se empleaba para pagar las minutas de los abogados de los miembros que estaban en prisión; para abonar las cuotas de pertenencia a la banda; para comprar droga que luego revendían para la financiación de reuniones y fiestas de la banda; o para la compra de armas. Según los investigadores, los investigados contaban con una extensa red de personas que se prestaban para recibir dinero de las transferencias bancarias y sacarlo a través de cajeros automáticos. Para sacar el dinero de las tarjetas también contrataban terminales de punto de venta (datáfonos) a nombre de empresas ficticias de productos de cosmética y simulaban compras.
Otra parte del dinero sustraído se enviaba a cuentas bancarias en el extranjero o se invertía en inmuebles en República Dominicana. Los agentes intentan ahora localizar todos esos bienes a través de los mecanismos internacionales de cooperación policial.