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OPINONES

Los números de Luis Abinader atraen sectores de la oposición de cara al 2024

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Por Teodoro Ruiz

SANTO DOMINGO. Con casi dos años al frente del gobierno el presidente Luis Abinader ha logrado empoderarse y desarrollar una gestión administrativa que desde ya lo proyecta, de manera alagüeña, como el titular de la confianza popular para las elecciones del año 2024.

Y es que a pesar de los embates causados por la pandemia del covid-19 y sus distintas variantes que a los largo de estos dos últimos años (2020-2021) han diezmado la economía mundial, en la República Dominicana parecería que todo marcha, aun en medio de la crisis, con un favorable viento de cambios y estrategias que han logrado no solo mantener el país a flote, sino además en un constante crecimiento.

El gobierno presidido por Luis Abinader y el Parido Revolucionario Moderno marchan holgados, a pesar de las críticas de sectores de oposición, y de la creencia de algunos que presagiaban que estos terminarían sus cuatro años en una crisis interna, al contrario, todo parece indicar que habrá PRM y Luis Abinader por otros cuatro años más sin mayores dificultades.

El presidente Abinader ha demostrado que es un político con una nueva mentalidad en cuanto a la administración pública, dirige de manera puntual cada acción que se ejecuta desde los diferentes ministerios llevando el día a día de todo cuanto acontece.

Actúa con admirable rapidez cuando es necesario para detener cualquier acción u acto tendente a ensombrecer su administración sin importar el nivel o la jerarquía de quien sea el que se equivoque e incumpla las directrices impuestas desde un principio como norma a seguir en el denominado “gobierno del cambio”.

La estabilidad económica de que disfrutan los dominicanos genera un clima de confianza que obnubila otros problemas aún pendientes de solución y a los que, con mucha valoración, Abinader les ha estado prestando atención.

Son dos años en los que el presidente y su partido han navegado con el viento a su favor a pesar de las acciones contra la corrupción que ha llevado a la cárcel a importantes figuras del pasado gobierno y a algunos dirigentes medios del partido oficialistas que han sido señalados por el rumor público y que se encuentran bajo investigación.

El equipo de gestión con que gobierna el presidente Abinader sigue dando pasos acertados, la sociedad y las bases perremeistas así lo están asimilando a pesar del barullo y las aviesas intenciones, internas y externas, por desarticular y desarmonizar la marcada cercanía del gobernante en su entorno político de confianza.

Algunos apuestan a los “cambios” de Febrero o Agosto, de ahí las criticas desmedidas contra algunos ministros que como al de educación, no le sacan el guante, manteniendo una “aviesa” actitud con el fin intencionado de “mellar y erosionar” la confianza y la estrecha relación de este con el mandatario.

Los críticos son diversos, los hay de dentro y de fuera; los de adentro aspiran al Ministerio de Educación y para ello se valen de terceros a quienes les suministran “informaciones” tendenciadas e insostenibles para viabilizar sus dardos ponzoñosos; los de afuera temen a la capacidad, comprobada, que en materia política, gerencial y exprimental adorna la figura de quien ha sido el timonel del proyecto político liderado por el presidente Abinader.

El Doctor Roberto Fulcar es sin duda alguna la figura más temida por los sectores de oposición y por los enemigos internos del proyecto de nación que encarna Luis Abinader; es un político sagaz, analítico y de poco ruido, un hombre que evade la confrontación improductiva y que se entrega por entero al trabajo por la consolidación política partidaria.

Esta ha sido la clave del éxito y de los números alagüeños que hoy desconciertan a quienes aspiran desplazar de la administración pública a los hombres y mujeres titulares del cambio que se vive en toda la geografía nacional.

El 2024 está ahí, prácticamente al doblar de la esquina, la estrategia de erosionar la unidad del equipo gobernante, no ha dado frutos y la oposición se ve desorientada, mientras las fuerzas vivas de la nación, políticamente hablando, han duplicado su confianza en la figura del presidente Abinader y apuestan a que en los próximos días y meses esta solidez se afianzará aun mas con la llegada de importantes equipos y núcleos políticos que se desprenderán de esos mismos partidos de oposición para respaldar la ineludible confirmación de los cambios políticos y estructurales que vive el país, mas allá del 2024.