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INTERNACIONALES

Trump planifica redadas masivas de indocumentados

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El presidente electo Donald Trump ha reafirmado que una vez que asuma el cargo planea declarar una emergencia nacional y utilizar las fuerzas armadas en las calles de EEUU para cumplir su promesa de detener y deportar a millones de inmigrantes indocumentados.

Las preocupaciones de muchos expertos sobre este programa incluyen el hecho de que los inmigrantes aportan un valor enorme a la economía estadounidense y que la deportación masiva dañaría la producción de alimentos, la construcción de viviendas y otras industrias cruciales. Otros académicos han analizado cómo la deportación traumatiza a las familias.

Tengo una preocupación adicional sobre un enfoque renovado en la deportación como alguien que ha estudiado las milicias internas de Estados Unidos durante más de 15 años: algunas unidades de milicia podrían ver como su deber ayudar con tales esfuerzos. De hecho, la policía local podría incluso delegar a ciertas milicias para que las ayuden a deportar inmigrantes.

Antigobierno, pero apoyan la defensa nacional

Las milicias generalmente desconfían del gobierno. Incluso se sabe que han usado la violencia contra políticos y otros representantes del gobierno, incluida la policía. En mi investigación he descubierto que el desdén de las milicias por el gobierno federal es especialmente fuerte porque creen que es demasiado grande y corrupto y que se queda con una parte excesiva de sus ingresos a través de los impuestos.

Pero la creencia negativa de los miembros de las milicias sobre la inmigración y su misión autodeclarada de proteger al país podrían llevarlos a sumarse a un esfuerzo nacional de deportación masiva.

Mi investigación concluye que los miembros de las milicias generalmente creen en la falsedad de que los inmigrantes indocumentados son una amenaza para la seguridad pública.

Mi investigación concluye que para algunos, esta percepción tiene sus raíces en la xenofobia y el racismo. Otros miembros de las milicias no comprenden lo que se requiere para obtener la ciudadanía estadounidense: creen que cualquiera que ingrese al país ilegalmente es, por definición, un criminal y, por lo tanto, ya ha demostrado su intención de no cumplir las leyes y, en general, ser un buen estadounidense. Esto no es cierto, porque los inmigrantes pueden solicitar asilo independientemente de su estatus migratorio hasta un año después de ingresar al país.

Los miembros con ambos tipos de motivos creen que los inmigrantes indocumentados están quitándoles empleos a ciudadanos más merecedores y, en general, reciben beneficios no merecidos por estar en el país. Las promesas de Trump de tomar medidas enérgicas contra la inmigración atraen a los miembros de la milicia de ambos tipos.

Los miembros de las milicias también creen que una de las pocas funciones legítimas del gobierno federal, tal como se describe en la Constitución, es la defensa nacional. En ese sentido, quienes creen que los inmigrantes son una amenaza urgente podrían ver la participación de los militares en una operación de deportación masiva como coherente con el deber de defender a la nación.

La mayoría de los académicos coinciden en que, incluso si fuera técnicamente legal, el despliegue interno de los militares sería una amenaza alarmante para la democracia.

Participación activa

Algunas unidades de milicia en los estados fronterizos han participado en esfuerzos de deportación durante mucho tiempo. Por lo general, patrullan la frontera, a veces detienen a los inmigrantes y llaman regularmente a la Patrulla Fronteriza de EEUU para informar sus hallazgos.

Los agentes de la Patrulla Fronteriza históricamente han expresado escepticismo y preocupaciones sobre la participación de la milicia en el monitoreo de la frontera debido a las habilidades y motivos no verificables del apoyo civil.

Algunas policías estatales, de condado y locales también se encargan de hacer cumplir las leyes de inmigración y, en los últimos años, parecen haberse vuelto más abiertas a la ayuda civil.

Algunas agencias policiales locales, en particular los alguaciles, ya están pidiendo ayuda civil para gestionar los problemas percibidos con los migrantes. Otras han organizado eventos antiinmigración con milicias que patrullan la frontera bajo una delegación efectiva, si no formal, de sus acciones.

También se puede recurrir a las milicias directamente. En el pasado, Trump se ha dirigido directamente a las milicias. El ejemplo más citado es su instrucción en un debate presidencial del 29 de septiembre de 2020, en la que ordenó a los Proud Boys que “se mantuvieran a la espera”. La gente tuvo interpretaciones similares de sus comentarios antes de la insurrección del 6 de enero de 2021.

Pero hace tiempo que creo que estos llamamientos comenzaron mucho antes. En 2018, Trump indultó a los hombres que inspiraron la ocupación de la familia Bundy y el enfrentamiento en el Refugio Nacional de Vida Silvestre Malheur en Oregón. Creo que fue un intento temprano de obtener el apoyo de la gente de los círculos de las milicias.

Una combinación volátil

El ejército ya se ha involucrado en la aplicación de las leyes de inmigración de maneras sin precedentes. A principios de 2024, el gobernador de Texas, Greg Abbott, afirmó que la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos no estaba protegiendo a su estado de una “invasión” de posibles inmigrantes. Desplegó la Guardia Nacional de su estado en una zona de la frontera, impidiendo que la Patrulla Fronteriza trabajara en esa sección. Ese bloqueo continúa.

En un segundo mandato, Trump tiene pocos incentivos para moderar su retórica o sus acciones. La Corte Suprema ha dictaminado que los presidentes tienen amplia inmunidad frente al procesamiento penal por las acciones que toman mientras están en el cargo. Incluso si no apela directamente a los ciudadanos privados para que controlen la frontera o detengan a las personas que creen que son inmigrantes indocumentados, su presencia oficial y su postura de línea dura sobre la inmigración pueden ser suficientes para dar legitimidad a la acción de los vigilantes.

En noviembre de 2024, dos miembros de la milicia fueron condenados por una variedad de delitos federales, incluida la conspiración para asesinar a agentes federales, por un complot para matar a agentes de la Patrulla Fronteriza que, según creían, no estaban protegiendo adecuadamente la frontera de los migrantes que cruzaban.

No todos los miembros de la milicia apoyan la deportación masiva, especialmente si implica desplegar inconstitucionalmente fuerzas militares en suelo estadounidense. Eso queda claro en mi investigación.

“El ejército es el ejército, y la aplicación de la ley es la aplicación de la ley”, respondió un miembro de la milicia cuando pregunté a algunos de mis contactos más antiguos cuales eran sus perspectivas sobre la declaración de Trump de utilizar el ejército. “Están separados por una razón”.

Este hombre cree que los inmigrantes indocumentados plantean peligros, pero piensa que cambiar el papel de los militares sería aún más perjudicial. No todos los miembros de las milicias son tan cautelosos.

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