OPINONES
Las problemáticas de Luis. Por Ing. Cristian Castro, Msc
Sin rodeo
Hemos vivido en los últimos días las destituciones de ministros y directores, que por acusaciones comprobadas o no, han sido retirados del servicio público, procediendo la PEPCA a realizar las investigaciones y acusaciones correspondientes en cada caso.
Vemos los casos de la exministra de la Juventud, Kimberly Taveras, y de Leonardo Faña exdirector del Instituto Agrario Dominicano, de igual manera la situación del suspendido director de la Lotería nacional, Luis Maisichell Dicent, a quien conozco, pero considero debe responder a las acusaciones directas que le hizo la presentadora del sorteo nacional acusándolo directamente de participar en el fraude de esa institución bajo su administración.
De igual manera recordamos el caso de José Sánchez quien fuera rector del Instituto Tecnológico Comunitario de San Luis, en Santo Domingo Este; en Santiago, Antonio Gómez de la Dirección General de Aduanas, y en una situación distinta quedan los ministros y viceministros de salud, Plutarco Arias e Ivelisse Acosta, el primero destituido y la segunda interpuso su renuncia, por razones que no están del todo clara, por lo que no podemos hablar de corrupción.
Otros casos que, aunque no han sido funcionarios ni directores, salpican la gestión del PRM, no de Luis, como es el caso de autoridad portuaria en Puerto Plata, el diputado apresado en Miami (que se consolidó narcotraficante en los gobiernos de Danilo) y el tema de las declaraciones del Mayor Girón en el conocimiento de medida de coerción de la Operación Coral, donde reveló que en las instituciones castrenses siguen directores financieros y auditores que responden a intereses particulares.
La destitución o la solicitud de que presenten su renuncia (que se da a puertas cerradas) envían un mensaje claro y contundente de que el Presidente no será cómplice de actos de corrupción, como quizás lo han sido sus homólogos anteriores.
Estos acontecimientos y estas respuestas inmediatas pueden hacer pensar a algunos la posibilidad de menguar la popularidad de Luis; sin embargo, me atrevo a decir que sería todo lo contrario. Luis estaría consagrándose como el primer presidente en la historia de la República, que sostiene su discurso ético a pesar de los suyos.
Lo único que estaría siendo cuestionado por mí y por la mayoría del pueblo, es su capacidad de elección. ¿Y estos corruptos son sus amigos? ¿Usted no tiene personas éticas y honestas para desempeñar dichas funciones? Creo que el mandatario debe recordar a los perremeistas, aliados y amigos que lo acompañan en el gobierno, que el poder es para promover el bien común, no los intereses individuales. El problema es que si no cambiaron la mentalidad y solo piensan beneficiarse, ya no la van a cambiar ahora. Fueron dieciséis años para aprenderlo.
Señor presidente, ya decía Guardini, en su visión positiva del poder; ´´El poder es bueno, es para hacer el bien, nos hace un bien´´, hay que darle poder a quien tenga esta conciencia, de lo contrario, el mayor daño se lo estaría haciendo a usted.
¡Dios bendiga al pueblo dominicano!
Ing. Cristian Castro, Msc.
Ingeniero, Catedrático, Escritor, Comunicador, Asesor Empresarial.
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