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Cientos de personas indignadas reclaman justicia por muerte de David de los Santos frente a Ágora Mall

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Santo Domingo, RD

Con velones encendidos y pancartas en sus manos, familiares, vecinos, amigos, compañeros de estudios y de trabajo del profesor David de los Santos, se congregaron anoche frente a la plaza comercial Ágora Mall en vigilia para reclamar que las autoridades esclarezcan su asesinato en un destacamento de la Policía.

Bajo llanto y presa de la impotencia y el miedo, los jóvenes gritaban una y otra vez la consignas “Policía Nacional, deja ya de asesinar”.

Y es que aseguran que fueron los mismos agentes del orden que asesinaron a David, el cual tiene signos de tortura en su cuerpo, según los manifestantes.

El informe forense también hace constar que murió por los traumatismos y su deceso lo consideran un crimen de sus custodios.

Pidieron a las autoridades que presenten a la señora que éste supuestamente ofendió, porque a su entender como se trata de una persona con influencia, la quieren proteger.

Describieron a David como un ser humano excepcional, el cual pensaba más en su prójimo que en él mismo.

De hecho, resaltaron que recientemente había hecho curso de masajes geriátrico en el Instituto de Formación Técnico Profesional (INFOTEP), porque sus anhelos eran poner un centro para atender a los adultos mayores que tenían dolencias en los hogares de ancianos.

“El delirio de él era poder tener un sitio para ayudar a los ancianos. El daba clase de inglés a niños y adultos, pero también era deportista y ahora su meta eran los adultos mayores”, expresó la señora Ana, quien lo describió como una persona totalmente honesta.

Policía debe responder

Los manifestantes cuestionaron el accionar de la Policía Nacional, en el sentido de que ha cambiado la versión de los hechos.

Negaron que David tuviera problemas mentales o de comportamiento, pues no tenía enemigos y siempre estaba dispuesto a ayudar.

Su mejor amigo, Luis de la Cruz, dijo que a los 23 años viviendo en un barrio se hizo profesional y era bilingüe, pero seguía realizando cursos para seguir superándose.

“Me quitaron a mi amigo. Mi amigo no le hacía daño a nadie y hoy en día pueden apreciarlo por la multitud que hay aquí. Nunca le hizo daño a nadie”, dijo bajo sollozo.

De su lado el señor César Ozuna criticó que una patrulla fuera a buscarlo preso a una plaza comercial, solo por una llamada que alguien hizo en su contra.