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Son hijos de dominicanos y haitianos polizones murieron en tren de aterrizaje de avión de Avianca

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Son hijos de dominicanos y haitianos los dos adolescentes, de 14 y 15 años, cuyos cadáveres fueron encontrados en el tren de aterrizaje de un avión de la línea aérea Avianca, en el aeropuerto Internacional El Dorado en Bogotá, Colombia, el pasado siete de enero.

Kivens Yaisen, quien cumpliría 15 años el 10 de febrero, es una de las víctimas. Hijo del dominicano José Yaisen José y Nadege Antoine de nacionalidad haitiana, quien nació en el Batey Los Tocones de San Rafael del Yuma y era el que llevaba en un bolsillo un acta de nacimiento emitida por la Oficialía del Estado Civil de la Primera Circunscripción de ese municipio de la provincia La Altagracia.

La otra víctima es hijo de una dominicana y un nacional haitiano a quien llaman Felipe. No pudimos conversar con la madre, pues no se encontraba en su casa, para conocer el nombre y los detalles que tienen del caso.

La identificación y ubicación de los padres de los adolescentes se ha conocido por las gestiones de la doctora Lourdes Gómez, médico forense, quien fue constatada por las autoridades del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Colombia, para solicitar su colaboración para buscar en la República Dominicana “información de personas desaparecidas y si habían sido reportados dos menores de sexo masculino de aproximadamente 15 años”.

La doctora Gómez inició las gestiones ante la supuesta falta de respuesta oficial de las autoridades dominicanas a la misma solicitud, que las autoridades colombianas habrían tramitado en dos ocasiones.

“Una colega colombiana que es odontóloga forense igual que yo, al ver la falta de respuesta de las autoridades dominicanas pidió permiso a sus superiores y me escribió para pedirme ayuda y ver si se podían identificar los cadáveres, porque uno de los adolescentes tenía un acta de nacimiento dominicana y monedas dominicanas y por eso se presumía que podían ser de aquí”, explicó la doctora Gómez.

Explica que la situación le entristeció pues entiende que debe ser muy duro que una madre se quede toda una vida esperando un hijo o cualquier familiar.

En ese orden, inició gestiones en la Policía Nacional para ver si habían sido reportados como desaparecidos dos jóvenes y no había registro, el padre uno de ellos lo localizó por el número de cédula, pero en los teléfonos vinculados en el padrón de la Junta Central Electoral nadie respondía.

“Pero pudimos localizar a la madre de Kivens Yaisen, en el Batey donde lo declararon y ahí es que ella se entera que su hijo es uno de los polizones que murieron en el avión de Avianca. Hablamos con el cónsul dominicano en Colombia, Juan Peña para ver qué gestiones se habían hecho y luego nos llamaron de la Cancillería, pero lo que nos informaron es que no hay presupuesto para traer los cadáveres”, relató. la doctora Lourdes Gómez.

La doctora ha gestionado con una funeraria local el velatorio de los jóvenes y solo falta que las autoridades hagan los trámites legales y paguen el traslado de los cadáveres.  “Si las autoridades no asumen el caso estamos dispuestos a hacer una colecta en las redes sociales, porque no han hecho caso, porque son hijos de personas pobres, pero son hijos de dominicanos y merecen que sus padres puedan sepultarlos dignamente”, agregó.

Todavía los cadáveres permanecen en el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Colombia, a espera que las autoridades dominicanas realicen las gestiones oficiales para repatriarlos.

Causó consternación 

De acuerdo a los medios de comunicación de Colombia, el hallazgo de los cadáveres causó consternación y según el expediente oficial de la investigación, el 5 de enero el avión cubrió la ruta entre Bogotá, Colombia, hasta Guarulhos, San Pablo, Brasil. Un día después, el 6 de enero, el avión volvió a Bogotá y tomó la ruta Bogotá-Santiago de Chile.

Se presume que los jóvenes entraron en el avión el 3 de enero, día en el que el vuelo hizo una ruta hacia República Dominicana. 

De acuerdo con lo que revelaron las autoridades: “Los cuerpos son encontrados sobre las 21:00 horas del 6/1/23 al momento del mantenimiento, el cual se debe realizar cada 10 días y el último fue efectuado el 27 de diciembre”, según relatan las noticias en los medios colombianos 

Lo que se describe es que los jóvenes habrían ingresado en ese último recorrido mencionado. Esta deducción se realiza por las pertenencias que les fueron halladas, entre ellas, dinero originario de ese país.

De hecho, los investigadores revelaron que los jóvenes viajaban indocumentados y, al parecer, sin equipaje. El único objeto que acompañaba los dos cadáveres era una manta para el frío que, al parecer, se quedó corta para las bajas temperaturas que se reportan en los aires.

Comunicado de Avianca

 “Avianca lamenta la situación presentada en el vuelo AV116 en la ruta Santiago de Chile-Bogotá en el que a su llegada al aeropuerto El Dorado el personal de la aerolínea halló los cuerpos de dos personas que volaron de forma irregular (polizones) en el tren de aterrizaje de la aeronave que atendió el vuelo. De inmediato, la compañía activó el protocolo de seguridad y alertó a las autoridades de Chile y Colombia para que inicien la investigación del caso. Avianca expresa sus condolencias a los familiares de estas personas”.

Así inicia el comunicado emitido por la línea aérea donde explica que al inicio de cada vuelo inspecciona la nave y su perímetro. Algo debió fallar en este caso para que los dos jóvenes pudieran colarse en los bajos del avión sin ser vistos. De todos modos, la empresa recuerda que la seguridad del aeropuerto, el control a las zonas restringidas y al perímetro del avión está a cargo de las autoridades aeroportuarias. 

“La aerolínea está atenta para colaborar con el aeropuerto y las autoridades para el esclarecimiento del caso y para que se tomen las medidas necesarias para que eventos como estos no se vuelvan a presentar”, acaba el comunicado.

Viajar en el tren de aterrizaje de avión es una misión casi suicida. Las probabilidades de caer al vacío durante el despegue o el aterrizaje son muy altas. Incluso de ser aplastado cuando el mecanismo se retrae. Si se supera eso, a partir de los 2.500 metros de altura sufrir hipotermia se convierte en un riesgo muy real.