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Tres mujeres y un hombre que libran una batalla decisiva contra la corrupción y la impunidad

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Kenya Romero, jueza de la Oficina de Atención Permanente del Distrito Nacional, Mirian Germán Brito, Procuradora General de la República, Yeni Berenice Reynoso, Procuradora adjunta, directora general de Persecución del Ministerio Público y Wilson Camacho, titular de la Procuraduría Especializada de Persecución de la Corrupción Administrativa (Pepca), tres mujeres y un hombre que han estremecido a la comunidad política nacional con la valiente cruzada que libran contra la corrupción administrativa que lastra la democracia dominicana.

El pueblo dominicano celebra una victoria contundente en la lucha contra la corrupción y la impunidad, con las medidas de coerción que fueron impuestas por la magistrada Kenya Romero a los encartados en el caso Calamar, mediante el cual fueron sustraídos de forma ilícita alrededor de 19 mil millones de pesos al Estado Dominicano.

La jueza de la Oficina de Atención Permanente del Distrito Nacional, Kenya Romero, impuso 18 meses de prisión preventiva contra los exministros Donald Guerrero y José Ramón Peralta y privación de libertad en sus domicilios a los otros 18 imputados del caso Calamar.

Las pruebas presentadas por el ministerio público fueron tan contundentes que 14 de los 20 imputados decidieron admitir los hechos y colaborar con la investigación de un caso que ha derivado en una vergüenza para la clase política nacional.

Magistrada Kenya Romero Conoció la coerción de los casos Coral, Operación 13 y Medusa, en todos ha sido implacable con los corruptos que antes se consideraban intocables

Mirian, Yeni y kenya Romero, son tres mujeres valientes, que le han brindado un gran servicio a la democracia dominicana.

En relación a Wilson Camacho, director del PEPCA, el pueblo dominicano le tributa sus mejores elogios por su brillante labor en esta cruzada contra la corrupción administrativa que salvará nuestro sistema democrático de la desconfianza de la población, abrumada durante décadas, por tantos abusos de los denominados delincuentes de cuello blanco.